Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888)
Educador, estadista y
promotor de la libertad y el progreso.
Sarmiento nació en un
humilde hogar de San Juan, el 15 de febrero de 1811. Su instrucción primaria la
recibió en una escuela pública de esa ciudad, donde sus maestros advirtieron la
precoz inteligencia del niño e intentaron hacerlo ingresar en el Seminario de
Córdoba, donde podría desarrollar de mejor forma sus habilidades. Fracasado, Sarmiento
debió completar su formación mediante un esfuerzo autodidáctico de extensas
lecturas y profundas conversaciones con adultos. A los doce años ya leía y
escribía el latín casi a la perfección; y a los catorce, se desempeñó como
maestro primario en una escuela rural que él mismo habilitó. La relación
intelectual con sus tíos puso a Sarmiento en contacto con las ideas liberales.
En 1829 se integró como teniente al ejército del general José María Paz, quien
luchó por imponer la autoridad del gobierno porteño en las provincias del
interior; pero la derrota de Chocón lo obligó a buscar refugio en Chile.
Al llegar a Chile se
empleó en diversos oficios anónimos, como dependiente de una tienda, minero en
el Norte Chico y profesor; pero pronto sus artículos publicados en El Mercurio
de Valparaíso le valieron el reconocimiento en los círculos intelectuales,
especialmente en asuntos pedagógicos. La publicación de sus primeras obras
literarias y la participación en polémicas con intelectuales de peso, como Juan
Bautista Alberdi y Andrés Bello. Entre 1845 y 1848, el gobierno chileno lo
envió a Europa y Estados Unidos para estudiar y evaluar distintos posibles
modelos de educación primaria para implantar en el país. Durante el viaje se
encontró con otros exiliados argentinos, como Bartolomé Mitre, Florencio Varela
y Esteban Echeverría, lo que reavivó su preocupación por el destino de su país.
En 1852, Sarmiento regresó
a Argentina, acompañado de una bien ganada reputación y de una sensata
propuesta para resolver definitivamente la pugna entre Buenos Aires y las
provincias. Ingresó de lleno en la vida política de su país, como servidor
público en asuntos educacionales y como legislador en su provincia y en el
Senado de la Nación. Después de cumplir misiones diplomáticas en Chile, Perú y
Estados Unidos, en 1868 Domingo Faustino Sarmiento fue elegido Presidente de la
República argentina. Su administración, que se extendió hasta 1874, estuvo
marcada por un decidido apoyo a la instrucción pública. Concluido su período
presidencial, Sarmiento continuó sirviendo a su país desde distintos cargos
hasta su muerte en 1888, en Asunción, Paraguay.
Aportes.
- · A los catorce, se desempeñó como maestro primario en una escuela rural que él mismo habilitó
- Decisivos aportes para la ampliación y el mejoramiento del sistema público de enseñanza en Chile y Argentina.
- Escribió cincuenta y dos libros, entre ellos su obra más célebre “Facundo” que retrata fielmente la identidad de su patria y sus contradicciones.
- Participó en la creación de la Escuela Normal de Maestros, primera en América Latina.
Reflexión:
El aporte de Domingo Faustino
Sarmiento fue de gran importancia para Latinoamérica, tanto por la dedicación
que tuvo a la educación, como que enseño a los 14 años, y también por darse
cuenta de que sus habilidades sobresalían del resto, y aun así mantuvo su
objetivo, que siempre fue el de mejorar la educación de su país, independiente que no haya comenzado desde su
país realizando cambios, fueron significativos, ya que siempre fue humilde y
solo recibió las oportunidades que nuestro país le ofreció para capacitarse
más, y las aprovechó, gracias a todo eso hoy es reconocido como un gran
personaje de la educación de Latinoamérica, ya que tuvo participación en la construcción
de la escuela primaria escuela normal ,
la primera escuela en preparar profesores, en nuestro continente y que permitió
el desarrollo de la educación hasta el día de hoy.
Es un hombre al cual se le debe
respeto y admiración, tanto por las personas que nos estamos formando como
futuros impulsores de la educación, como por las personas que reciben de esta ,
además todos debiéramos tener ese espíritu de lucha que tuvo él, ya que en su
vida logró su objetivo máximo, enseñar y cambiar la educación de su país, ser
un aporte para este y para eso se tomó el debido tiempo, para capacitarse e ir
adquiriendo experiencias, para llegar preparado al cargo que le permitió
cambiar la forma de enseñar, ser presidente, tanto en Argentina, como a nivel
de continente, gracias a él Latinoamérica se preparó para el mundo que se va
desarrollando cada día, gracias a una educación de mejor calidad a la que se
entregaba antes, y quizás sin personajes como Domingo Faustino Sarmiento, no se
hubiese podido lograr, y Latinoamérica seguiría siendo uno de los continentes
con educación para solo algunas personas, y sin oportunidades de prepararse
para lo que uno quiera. Para terminar cabe destacar algo que es muy visto en Latinoamérica, son muy pocas las veces en
que se otorgan oportunidades a los propios habitantes de un mismo país, siempre
se ve lo de afuera, lo del exterior como algo novedoso algo mejor o algo
revolucionario y no se aprecian los talentos que pueden surgir de sus propios
habitantes, y luego de que esta persona logre superarse en el exterior las
puertas se le abren como si nunca se le hubiesen cerrado, es algo que hasta el día
de hoy sucede y no solo en el ámbito de la educación donde muchas ideas
innovadoras son rechazadas o incluso ignoradas, también sucede en todos los
aspectos de la vida tanto arte, música, política, salud etc. Es por esto y
mucho más que este personaje es valioso, a pesar de su desarrollo en Chile el
decide volver a su país, su país de origen para realizar los debidos cambios o
el desarrollo de lo que ya estaba instaurado y como lo dice su pensamiento, “
Hombre, pueblo, nación, estado todo está en los humildes bancos de la escuela” esto
es el principio de todo y quizás de una mirada distinta para los futuros
pedagogos para que no decaigan y logren crear un cambio.
Marcela Carvajal, Valentina Espinoza.
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